Mexico – Baja California

El Arco en el extremo sur de Baja California. Un arco natural de roca en la costa, tan alto como una torre, intransitable en marea alta y, en marea baja, la puerta de entrada a una ruta única a lo largo de la península mexicana. El hito de Cabo San Lucas es el punto de partida y el símbolo de todo el recorrido: inaccesible y acogedor, sin filtrar y en una mezcla única. El destino: Guerrero Negro, a más de 550 millas al norte. La primera mitad del recorrido transcurre por un paisaje abierto y extenso, caracterizado por desiertos, cactus y palmeras, playas y antiguas iglesias misioneras. A lo largo de la costa del Pacífico hasta Todos Santos, luego en el bullicio de El Paz en el Golfo de California, antes de que el paisaje de cactus más allá de la costa llame de nuevo. El camino serpentea entre las costas a través de un interior todavía abierto y expansivo. Los a menudo estrechos caminos de la Carretera México 1 juegan con el terreno y con la atención del conductor en estos tramos. Largas y seductoras rectas se suceden una tras otra. De repente, curvas cerradas, seguidas inmediatamente por una segunda y una tercera. Luego una sección más tranquila de nuevo, antes de que todo vuelva a empezar desde el principio. Puede considerarse un requisito. O como una invitación. Una siesta prolongada durante el calor del mediodía ahorra energía y concentración para las secciones correctas. Y promete más tiempo de conducción en las horas de la mañana y en las primeras horas de la tarde, cuando el terreno estéril es más impresionante. En la segunda mitad, la ruta regresa una vez más a la costa este de la península. El terreno se vuelve más escarpado y los caminos más difíciles de leer. La interacción de rectas y curvas cerca de Loreto y Santa Rosalita es una verdadera prueba de conducción. En el último tramo a través del desierto del Vizcaíno, es posible volver a visitar las impresiones de la ruta de nuevo sin impedimentos a la vista. Desde tiempos inmemoriales, el viajero se adentra solo en el desierto en busca de impresiones que sólo puede imaginar. Una vista desde lo alto de la carretera muerta y recta. Un solo vehículo refleja la luz, perseguido por su propia nube de polvo. Cualquiera que pasa suficiente tiempo en el desierto comienza a ver las cosas desde una perspectiva diferente: Baja California deja su propia marca en los viajeros.